miércoles, 9 de febrero de 2011

Siempre

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Me levanté como siempre, la rutina de siempre, la ropa de siempre, porque el siempre es sinónimo de rutina de monotonía.
Caminé como siempre pero todo era diferente, las calles, los árboles, las miradas, los  lugares.
Era como si nunca pudiera llegar a destino como un camino interminable.
Llegué a la conclusión, no es que todo sea diferente, yo estoy cambiada.

Después de 30 cuadras me dí cuenta que todo era diferente porque me había levantado dormida y me fui caminando en dirección contraria.

odio mis conclusiones tan erradas.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Información útil para los no robos

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Situación de ayer a la medianoche, salgo del trabajo camino a casa veo una situación que no me parece agradable, cambio mi recorrido y redirijo “por la Av. Independencia, veo que me sigue un tipo en bicicleta, atrás otro caminando.
El de la bicicleta me encierra y me abraza diciéndome: “vení para acá”.

Siempre pensé que en ese tipo de reacciones iba a opte por la salida cautelosa y tranquila que me habrían predicado mis padres, cadenas de mail con supuestos de la policía federal, psicólogos de diferentes instituciones escolares y tips de diversos noticieros.
Todas esas huevadas para mantener la calma, entregar las cosas de valor y evitar riesgos mayores para resguardar nuestra seguridad interior.
Durante años ensaye una especie de monologo que expresaría cuando la situación lo acreditará: “Sr. Ladrón UD. quédese tranquilo que yo le voy a dar de forma voluntaria todas mis pertenencias, en 2 minutos mi familia se va a comunicar conmigo como lo hace siempre, ellos se van a dar cuenta si no atiendo o estoy nerviosa y pueden encontrarme rastreando mi celular, evite problemas mayores y simplemente llévese todas mis pertenencias de valor, muchas gracias”.

Obviamente, lo que nadie jamás puede predecir ni psicólogos, ni analistas del tema, ni noticieros, ni policías, es el impulso humano por sobrevivir sumado a las altas dosis de histerias con las que suelo manejarme, además, de esa impotencia que puede llegar a despertar que un tipo quiera dominar mis elecciones.

Conclusión, mi monologo se fue directamente al carajo cuando empece a gritar desaforadamente mientras le pegaba y le gritaba: pajero al tipo que salio corriendo al grito de: “estas loca, nena”.

Si, loca pero ni robada ni manoseada por vos, pajero del orto.