domingo, 14 de noviembre de 2010

Un tropezón no es caída

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Empecé el día sofocada por sueños mal dormidos, cuando me desperté me di la cabeza con la ventana, no hay nada que me irrite más, que me de tanta impotencia.
Por las dudas, apoyé el pie derecho primero.
Pero eso no iba a detener la serie de imprevistos irrisorios. Mis ojos hoy no toleraban los lentes de contacto, se me habían irritado y opté, a pesar de todo, salir a la calle sin anteojos, porque los de mister mago me parecieron siempre horribles, intolerables.
Prendo la hornalla para hacerme desayunar y no vi que un repasador estaba cerca, a los dos minutos cuando vuelvo mi almuerzo que estaba debajo de ese repasador era carbón con plástico a la parmesana. ACONSEJO: NUNCA TIRAR AGUA AL PLÁSTICO.
pido disculpa a los vecinos que a las 8 de la mañana escucharon mis alaridos: me muero incendiadaaaaaa!. nada serio pero la exageración para el que no ve es un recurso muy común.
No hice ni una cuadra que las veredas sin arreglar me hicieron tropezar, un tropezón no es caída dicen, en mi caso fue una trompada!.

Me levante, respire ondo, suspire conté hasta diez nada ni nadie iba a hacerme perder mi buen humor... caminé media cuadra más y ví un poster de Macri paseando no se en que lugar paradisíaco, Macri y la re xxxxxx de tu xxxxx. La paz mental se me fue al cuerno.

Un día estresante en el laburo, perdí el colectivo, me salpico un auto con el agua podrida de la zanja, perdí los estribos en más de una ocasión, para cuando volví a casa.
No tenía cena pero pensé que sólo era un día malo, hasta que ví que mi perra había roto todas las cortinas. Sin embargo, era la única perra que a pesar de haber echo un desastre venía me hacía una fiesta terrible y no se escondía.
Un tropezón no es caída, pensé. Si tenes quien te levante.